5 de abril

5 de Abril



Cuando llego el 28 de julio del 2000, ya había colgado los chimpunes en eso de las protestas callejeras y el activismo social. Me dedicaba a trabajar, crecer profesionalmente, amar y engordar (los pongo juntos porque parecen que son verbos que van de la mano), aburguesarme felizmente y olvidar al mundo cada vez que podía, salvo el campo y la gente campesina, con la cual, hacia fines de los 90s, entable una cercanía y amor que perduran hasta hoy. Los Andes me habían encantado, con su magia milenaria y, la vicisitudes políticas del ser humano y su sociedad moderna, me parecían cada vez más absurdas y ajenas.

Sin embargo, era tanta la mierda que exhalaba por los poros del fujimorismo, que no podía salir a la calle sin taparme la nariz. Cada vez que, en las esquinas y paraderos, me ametrallaban las portadas difamatorias y/o embrutecedoras de los periódicos y tabloides, basadas en calumnias del más abyecto nivel, acompañadas de fotos de culazos rollizos (al gusto peruano) en primera portada y letra extra grande. La prensa comprada, por el siniestro plan de control mediático que, implementaron los siameses Fujimori y Montesinos.

Por la televisión, veía a los peruanos mas humildes, lamiendo axilas por un premio de 50 soles, en el programa de la esmerada empleada del fujimorismo, Laura Bozzo, donde los peruanos llegaban a extremos delirantes de la humillación. La desigualdad, el cacareado crecimiento económico del país, mostraba en las calles de la ciudad de Lima, autos de alta gama junto a familias enteras, construyendo su menú de los restos que sacaban de los contenedores de basura, huesitos de pollo a la brasa vueltos a chupar. Esto lo he visto, lo viví durante años, a mi nadie me contó nada, como pretenden ahora hacernos creer esos posts estúpidos del tipo oye chibolo pulpin, queriendo atarantar a la gente joven, que quiere cambiar una sociedad injusta, mientras que ellos, los viejos de mierda (del alma, de la mente), ya han malgastado sus miserables vidas o no hicieron nada cuando la dictadura saqueaba el país y su alma.

Esta porquería era todos los días, junto con las combis asesinas, el desorden y caos de una sociedad disfuncional, agresiva, saqueadora de todo lo que se podía saquear (en esa época se empezó a robar hasta las escobas usadas). Te robaban, te asaltaban, se puso de moda asegurar a los taxistas o a los cambistas de dolares, bandas especializadas en asesinarlos para robarles lo que tenían para subsistir. Eso era y es el fujimorismo. Yo quería vivir tranquilo, pero era imposible con tanta mierda por todo lado. Porque eso es lo que potencio el fujmorismo, un país entero convertido en una cloaca moral, de desigualdad y atropello. No era ni fue ni será un partido político, sino una banda de asaltantes, de ladrones de mierda, hay que decirlo.
Con el fraude burdo, mal armado que fueron construyendo, escándalo tras escándalo, haciendo leyes ad hoc, aplicando leyes con retroactividad, sacando jueces del tribunal constitucional y poniendo a dedo a sus empleados, quisieron robarse también la esperanza y, el clamor democrático del país que exigía democracia. Salí, como medio Perú, a protestar en las calles, contra la prepotencia y el fraude electoral de una dictadura que, se resistía a dejar el poder, mientras emanaba un olor a pescado podrido, de la boca de cada uno de sus portavoces, cada cual más cínica que la otra.

El día amaneció gris plomizo, frío. No quise quedarme a la guardia por la democracia que, muchos optaron por hacer en la madrugada en el Paseo de los Héroes Navales, para estar con energía la mañana siguiente, y porque temía que por la noche, al amparo de las sombras, como era y es su costumbre (como la resolución del Jurado electoral absolviendo a Keiko Fujimori), vinieran a reprimir a la gente.

Cuando llegue a la avenida Grau, ya marchaban los contingentes que habían venido del interior del país, la gente de Loreto y Pucallpa que venían vestidos como nativos medio calatos, venían dando saltos y bailando para no congelarse. Lloviznaba. La marcha llego a la plaza Grau y, continuaba por Lampa, mientras la multitud crecía y se apachurraba, eran cada vez mayores la energía y el nerviosismo. La consigna era evitar que juramentara el trafero.

En el cruce con La Colmena reventó la represión, desde los techos nos tiraban lacrimógenas y perdigones, aunque atrincherados detrás de kioscos de periódicos, veíamos como algunos policías tiraban hacia arriba y nos saludaban caleta, enseñándonos el pulgar. Retrocedimos ante el insoportable olor de los gases. No se de que rara ingeniería, había salido la peregrina idea, que llenar una botella de plástico con dunlopillo servía como mascara antigases. Por mi parte, recordando los ochentas, había llevado pañuelo y vinagre y, me lo aplicaba y lo pasaba a los compañeros y compañeras que venían a pedírnoslo. Las fallidas mascaras antigases se usaban encima de los ojos a manera de cascos. Le pregunte a un gordito colorado por qué no se la terminaba de quitar, porque me da caché me respondió cachoso.

A correr, atacaba la poli, nos replegamos y fuimos por la avenida Abancay. Allí antes de salir disparado de nuevo, vi a la congresista Gloria Helfer intentando pasar entre la policía instantes antes que la bombardearan con lacrimogenas, la pudieron haber asfixiado. Todo ese día me la pase corriendo, corriendo y jodiendo. Nos replegaron hasta la plaza Manco Capac, donde estaban los campamentos con los hijos de los manifestantes venidos del interior y se atendían a los heridos y contusos. Allí cargo cobardamente la policía, gaseando a niños, aporreando gente ya previamente lastimada, a lo lejos había empezado a arder el edificio del Ministerio de Educación, la cosa se ponía cada vez más fea, se hablaba de muertos, de explosiones, de autos desde los cuales se disparaba al bulto.

Regresamos al centro, donde lumpenes infiltrados por el fujimorismo, provocaban a la policía, los cuales al ser expulsados por los manifestantes, sacaban armas amenazándolos. Al pasar por el Palacio de Justicia, los policías sacaban cajas con papeles por las ventanas, borrando las pruebas de juicios que incriminarían seguramente a los mafiosos en el poder. Frente a este edificio vimos a Víctor Delfín herido, segundos después que un oficial de la policía alevosamente le disparo casi a quemarropa, una bomba lacrímogena en la cabeza. Sangraba tirado en el suelo, mientras espontáneos lo auxiliaban y buscaban desesperadamente un vehículo para evacuarlo del centro. Como a las 4 de la tarde, seguíamos protestando ahora atrincherados en el Parque de Lima, pero ya poco a poco se diluía la protesta, el chino había juramentado en olor de bomba lacrímogena y había suspendido sus celebraciones, le habíamos cagado la fiesta, nos esperaban aun muchas jornadas de protesta y templanza hasta el final de ese gobierno espurio y nefasto.
Mi hermano mayor estaba en casa de mi madre, cuando por la radio, escucho la noticia de la explosión en el banco de la Nación, y que habían por lo menos 6 muertos. Culpaban de terrorismo a los organizadores de la protesta, empezando por Alejandro Toledo candidato opositor al chino rata. Inmediatamente se fue a buscarme sabiendo que estaría por allá, preocupado, me dijo luego que sintió vergüenza por haberse quedado en casa (por los hijos, la familia, la edad), pero que al ver tanta sinverguenzeria y el vano intento de querer acallar la expresión popular, se fue, recordando su años mozos. Le toco estar junto con los comuneros huancavelicanos que ataviados con su trajes multicolores, enfrentaban organizadamente la protesta, a estas alturas ya convertida en franca batalla campal. 

Así empezamos esa década mi hermano y Yo. El murió atacado por un cáncer al finalizar la misma, en un hospital del estado, como la mayoría de peruanos. En medio de carencias, la insensibilidad de los médicos, la falta de casi todo. Allí vimos y padecimos, la desesperación de los más humildes, con salas de emergencia atestadas de moribundos, a los cuales no se les daba ni una pastilla de alivio, gente con terribles dolores agonizando durante horas antes que se les pudiera tomar los datos básicos, por la falta de servicios e infraestructura, que la corrupción de toda la vida, ha evitado, derivando esos dineros, de nuestros impuestos y de nuestro patrimonio, (que si han existido y existen aun), a sus cuentas personales, a pagar sus lujos, sus comilonas, sus orgías, a pagar estudios en el extranjero de sus hijos y, a darles una vida de ocio a costa del sufrimiento de nosotros, los peruanos, como es el caso de esta ociosa e inmoral mujer, Keiko Fujimori.

Con Fujimori y su 5 de abril, no solo se constato lo peor que genera el poder en gente sin escrúpulos, además de ello, institucionalizó una cultura del despojo y la corrupción de manera transversal en toda la sociedad peruana, la cual va junto con el caos, con la falta de respeto mutuo, con el acomplejamiento de una sociedad, con la falta de ciudadanía. Lo que existe en el país desde su fundación, y que, ya a finales del siglo XIX, Don Manuel Gonzales Prada describiera certeramente cuando dijo que, en el Perú donde se pone el dedo salta la pus. Con Fujimori y sus años de dictador, se cimento una forma desagradable de ser peruano, el de aceptar el roba pero hace obra, el de la cultura combi, el de ver al sinvergüenza como el triunfador y a la persona honesta como un imbécil. El de 300,000 mujeres esterilizadas contra su voluntad, el de las fosas comunes y escuadrones de la muerte, del reparto de millones en la salita del SIN comprando a la prensa corrupta, de la droga transportada en el avión presidencial, de la inestabilidad laboral, de los services chupando la sangre de los trabajadores, la falta de beneficios sociales, los contratos de cuarta categoría. La mierda en toda su dimensión. .


Sus defensores niegan al igual que negaron los nazis sus múltiples crímenes contra la humanidad y, como ellos, ensalzan la figura de su caudillo, claro. Hitler reconstruyo una Alemania de la posguerra, dio trabajo, desarrollo el país, para luego llevarlo a su peor hora en la historia, destruirlo, hacerlo mierda, eso es precisamente lo que el fujimorismo como fuerza representativa de lo peor del país, de lo que lo mantiene sumido, sin florecer, intenta. 

febrero

Ya pasamos la primera quincena y aquí recién nos estamos cagando de frío, más que invierno atrasado va a ser invierno al paso. ¿Será el calentamiento global que nos va sancochando más cada verano ?, o es el fenómeno del niño que ahora mismo, en Piura, en el norte del Perú, va asando hora tras hora, cual si fueran pollos a la brasa, a sus pobladores. O todo junto hecho un combinao climático.
Igual, como en todos los inviernos, nadie en la calle a las 10 pm. Solo la luz amarilla de las farolas, coloreando la piedra mares de los muros, en las estrechas calles de la ciudad antigua y, unos patos despistados caminando junto a la muralla romana, buscando jama.
Recién esta lloviendo también. Un poco nomas. Mientras los embalses que surten de agua a la isla, están hace semanas por debajo de sus mínimos históricos. Ya empezaron a comprar agua el mes pasado (que viene en barco) para el abastecimiento local, en esta época, en que solo hay aprox. 800,000 almas. Sin los millones de europeos del norte, de “guiris” nórdicos que invaden y hacen suyos, por masividad, todos los espacios, calles, plazas, playas, caminos, buses, carreteras, mar, cafés, noche, aire, agua, en el verano. El 2015 llegaron a casi 24 millones de visitantes. En un fin de semana cualquiera de julio o agosto, pueden pasar 500,000 de un porrazo por el aeropuerto. La gente de acá, basa su comodidad actual en su verano, donde básicamente se trabaja, se huevea también pero se trabaja. Mientras el resto de la gente esta de vacaciones, la gente isleña chambea en temporada. A full, 10, 12, 14 horas diarias, muchas veces comiéndose el descanso semanal, sabiendo que después hay 5 meses de vacas flacas.
Y los que no consiguen empleo, a llorar al río. A sobrevivir, a veces a vivir en la calle, a depender de los programas sociales, a la marginalidad, al tener que pedir para poder comer. El que tiene trabajo o negocio esta bien, frecuentemente bastante bien. Nivel de vida alto que le dicen. Escucho con frecuencia esta frase: pero es que, la verdad, aquí se vive tan bien.... La revolución no comenzará en Mallorca, de eso estoy seguro. También lo estaría si le interesará el tema, el negro flaco, cada vez más flaco, que duerme en el portal de una agencia bancaria abandonada, con cartones en el suelo, cagándose de frío, callado, mirándonos pasar. Cada vez más ido.
Pienso a la vez, en que pensará? Si en África, en unos niños, en algún amor o en el niño misero que fue, allá en Mali, o Burkina Fasso o Guinea Ecuatorial o en cualquier rincón del Africa negra, tan diferente a la vereda de concreto que habita, tan igual a la miseria de toda su vida. A veces viajas muchos kilómetros, pero por un hueco en el lugar y el tiempo, regresas al mismo lugar de siempre, atrapado sin salida.
En el parque que hay, a la vuelta de mi casa, con vista al mar desde una pequeña elevación. Habitan por varias y cambiantes horas del día, un grupo de borrachos perdidos, orates ya algunos, gritones, hinchados. Carne borracha. Poco a poco voy viendo menos, los estarán rehabilitando o se habrán muerto, como se fue muriendo de repente, en abanico, la manchita de alcohólicos que se formo en mi barrio, en Chorrillos por los años 90 y, que el licor rectificado marca Pradera, el pisco pasita y otros venenos de a luca, los incendio por dentro, matándolos uno por uno.
Temprano por la mañana llega el camioncito de la metadona, y allí forman cola los pocos yonkis que se ve. Después, desaparecen en los sótanos y las sombras, como zombis. Afuera de los supermercados, están los colectivos del recurseo, mujeres gitanas del este, desempleados con acento de barrio, cuarentones o cincuentones, hombres africanos que apenas saben decir buenos días guapa. Le dices que tal como te va y te responden buenos días guapa, le dices si ha tomado agua y te contestan buenos días guapa, qué hora es, buenos días guapa. Eso si, siempre sonrientes. Sobreviviendo. Si de eso nomas, pareciera a veces, trata la vida.
Salí de una ciudad con cielo sin cielo, y ahora estoy aquí, en una ciudad de invierno sin invierno, donde pareciera que no pasara nada. Como dicen que son las islas. Y acá seguimos activando, desde el Tumay, mientras el viento sopla y silba, azotando las palmas, enturbiando la vista, arenando la ciclovía. Y el calmo Mar Mediterráneo, repentinamente despierta, bota espuma y ruge. 

Editumay - Diciembre 2015

En la edad de la inocencia, durante los maravillosos y/o horrendos ochentas, hice un amigo en la academia Agronomía (en el local de la Av. España, al costado de la Casa Matusita), llamado Pepe Gomez Sanchez, alias El Sanguche, vecino de Lince y, bajista del grupo Las Medias Sucias, cultor del rock subte.

Según me contó, en una de nuestras largas conversas caminando por Arenales y, por las calles aledañas al parque Ramón Castilla, su grupo estaba en una tendencia que tenía como indicador de éxito, el número decreciente de seguidores. Que mientras menos gente los escuchara (ellos seguían tocando y armando temas por supuesto), se acercaban a su razón de ser, al colmo de la honestidad, a la no identificación ni dependencia con ni mierda, menos con ningún huevón, ni fan, ni ninguna huachafada.

Casi un himno gurdgieeffjano, si cabe el termino.

Al comienzo me pareció una extravagancia más entre las muchas, con que se llenaba la vida ochentera, pero conforme fui conociendo a este amigo tan singular (y a otros dementes e idiotas del apocalipsis), fue teniendo cada vez más sentido, de manera continua. Creo que como una de las lecciones de la vida que, sigue diciendo cosas nuevas, varias décadas y como 50,000 caras después.

Sin quererlo o saberlo, el Tumay más o menos sigue esa tendencia. De acuerdo a las estadísticas del blog, cada vez colgamos más material, con su carga de trabajo y horas robadas al sueño, al trabajo y al ocio y, cada vez menos, la gente se acerca a este humilde impulso. Dicho de manera técnica, el interés ha ido de manera inversamente proporcional al esfuerzo, dicho en correcto castellano, esto es una bancarrota de interacción.

Sin embargo, seguimos haciéndolo. No se si el termino adecuado sea con entusiasmo, pero lo seguimos haciendo. Más bien, como una pulsión. Algo que no siendo irracional, no termina de explicarse por la razón, un impulso visceral, unas ganas de comunicar y su negación al mismo tiempo, a lo mejor, unas inmensas ganas de huevear, siendo este el titulo de un poemario que nunca publicare (ni escribiré) pero que vive, más que mi propia vida, en mi corazón.

A lo mejor el sentido de este impulso, es una lección de honestidad y humildad, que el ego, el gran bocón, no termina de entender, y en esa contradicción o gracias a ella, seguimos andando, escribiendo, tomando fotos, cantando, caminando, afirmándonos sin terminar de aterrizar en este mundo y, eso que llevamos ya buenos años intentando encajar.

La vida es finalmente quien tiene la última palabra. Quien decide quien se queda y quien se va, quien viaja y quien se arraiga, quien triunfa y quien fracasa, quien nace con estrella y quien nace estrellado, quien aprende y crece y, quien muere en la ignorancia emocional.

Los proyectos, arena entre los dedos muchas veces, solo serán intentos, vanas ilusiones, puesto que sabemos que las fuerzas que gobiernan nuestras vidas, las verdaderas fuerzas, solo las entiende el alma y, para eso, salvo la iluminación, no hay nada que sustituya a los años ni a la poesía. (Por eso mismo, siempre me gusto el punk, por esa ternura insólita que asomaba detrás o a la sombra de tanta rabia y adolescencia y testículos llenos de leche, por esa contradicción que es la vida).

Mientras tanto seguimos en esta nave, con Santiago y como tantos amigos y ex amigos que suben o navegaron un rato en este artefacto, en esta hermosa nave por esta insólita vida que no deja de sorprenderme, de sorprendernos. 

Sobre todo en esta época tan extraña, en que un atardecer, por un instante, pasa a ser, todos los atardeceres de mi vida, y de otras vidas que, acuden a velocidades siderales a transitar por ese instante multidimensional. Cuando los paseos junto al mar, intempestivamente se convierten en un deja vú, de visiones o sueños o geometrías o ensoñaciones ya vividas muchos años atrás.


Para eso o por eso o a pesar de eso está el Tumay. Acá seguimos.

EDITUMAY - Noviembre 2015 (por Santiago W).


A estas alturas de mi vida ya debería tener una familia, tener un trabajo digno y una cuenta de jubilación bien gorda. Pero, no. Resulta que estoy sentado, con mi gato en las piernas, escribiendo esto que no sé si lo vayan a leer porque todos andan en Facebook mostrando sus mejores caras y fingiendo que son felices. Yo cerré mi cuenta porque dejé de leer libros y envidiaba la felicidad ajena. 


Qué bueno que Esteban siga siendo un idealista y re-abriera el TUMAY en versión digital y desde Palma de Mallorca donde seguro ya se olvidó de su pobre Chorrillos y del rico Pay. Yo disfruto Chicago pero 14 años indocumentado me han llevado a idealizar Lima y extrañarla profundamente. Me dicen que ya no es la misma. Que la modernidad y la alienación la han vuelto insoportable para los poetas, soñadores y locos. A veces pienso en volver pero no me siento lo suficientemente fuerte y podría volver a caer en ese agujero oscuro en el que vivía. Irónicamente el país del Tío Sam me está curando espiritualmente y tengo una vida con más bastante serenidad.

Ya no sé que más escribir solamente agradecer nuevamente a Esteban por esta locura maravillosa y que los cuatro gatos que nos lean disfruten tanto como los que escribimos en este pañuelo comunal de lágrimas del TUMAY. Viva el Perú...trabajo.

EDITUMAY - Octubre 2015 - Paren la matanza de nuestros hermanos cotabambinos





Decía el poeta y novelista Manuel Scorza que en el mundo hay cuatro estaciones; en los Andes cinco: primavera, verano, otoño, invierno y masacre. Mal empezamos este mes de Octubre, con nuestro sur andino ensangrentado, policías y militares usados para causar aflicción al poblador andino, al negado de toda la vida, al que cada vez que se atreve a protestar en su territorio ancestral por derecho propio, se le balea, su vida considerada como la de un animal al matadero, un ciudadano de cuarta categoría. El Perú no aprendió nada de la guerra interna, es lamentable que las semillas de odio, nuevamente se riegan en nuestro país, luego no habrá nada que hacer, solo lamentar los años perdidos, las oportunidades perdidas para construir país, ciudadanía, justicia social.
La brutalidad de Humala, el servidor no deseado de los ricos, pretende encubrir un gobierno que hace agua por todo lado, sin visión de país, sin capacidad de diálogo, sin huevos para poner las cosas claras y en orden, aprobando leyes que, afectan directamente la protección ambiental y a las comunidades más vulnerables del país, para favorecer a la gran empresa en desmedro de los ciudadanos, los que deberían ser los dueños de este país, usurpado, saqueado, violentado mil veces, como una pesadilla interminable.
Las Bambas, en algún momento fue el ejemplo mediático (y algo más que eso), de una minería socialmente responsable, con esfuerzos por entender el medio socio cultural donde irrumpía, con comunidades quechua hablantes, existencia de prácticas pre capitalistas como el trueque y una cultura potente y antiquísima, inmensamente diferente a la cosmovisión occidental y el capitalismo.

Aún recuerdo la foto de Alejandro Toledo mostrando la gigantografía del cheque por 50 millones de dólares el año 2004, correspondientes al fondo social creado por el proyecto para atender las necesidades de las poblaciones del ámbito de influencia del mismo. Para el año 2007, tres años después, el Fideicomiso Las Bambas, había ejecutado apenas el 15 % del total, habiendo sido invertido el dinero en gastos corrientes, estudios y expedientes técnicos y, algunos fallidos proyectos productivos a pequeña escala (establos lecheros y piscigranjas) que pasaron a engrosar la arqueología del desarrollo peruana.

Ese fue el detonante para el primer gran levantamiento en Challhuahuacho, con toma del campamento incluido y negociación de alto nivel encabezada por el curtido negociador Víctor Caballero (alias caballero nomas). Se logró una solución, cambiando la figura legal y operativa del fideicomiso, que paso a ser Fondo Social Las Bambas – FOSBAM, en cuya dirección se integro a los representantes de la sociedad civil local, dándose impulso a un mega proyecto de electrificación rural y a impulsar proyectos productivos. Se dio énfasis también en esa fase, a mejorar los mecanismos de comunicación, información y rendición de cuentas con la población, la cual hasta antes de aquella protesta se había tratado de chusma ignorante sin derecho a ser informada siquiera. Eran épocas de Xstrata que mal que bien, hacía el esfuerzo por tener buenas relaciones con las comunidades campesinas, tema altamente complicado por las características de la zona y por los intríngulis internos de la empresa minera.
Agitadores oportunistas los hubo desde el primer momento, luego también minería informal concentrada en la comunidad de Ñahuinlla tema en sí bastante delicado, cuya solución se podría haber intentado, cortando la cadena de comercialización y financiamiento, por parte de las industrias mineras piratas que operan en la ciudad de Nazca, a vista y paciencia de todo el mundo. Pero claro, es más fácil azuzar el odio con la prensa vendida y matar unos cuantos cholos, total es lo que tradicionalmente siempre se ha hecho.

Pero los principales conflictos, no han sido por azuzamiento de nadie, ni ejecutado por mercenarios, sino han sido masivas protestas, apoyadas por las comunidades de los distritos de las provincias de Cotabambas y de Grau. El Perú profundo que es profundamente desconocido para la población urbana del país. Zonas con estructuras comunales muy fuertes y férrea organización campesina. Se han manifestado cada vez que la empresa minera ha querido aplicar la letra chica de los convenios, o ha intentado pasar por alto los compromisos adquiridos, como en este caso, construir tres plantas procesadoras de mineral en vez de una, por ejemplo, que es lo que figura en el EIA aprobado por el estado y que contaba con licencia social. Con la venta de las acciones a la empresa china y las nuevas leyes, todo empeoro, y hemos llegado a esta lamentable situación.
Hasta ahora está pendiente una explicación y autocritica real de la izquierda orgánica peruana, que llevo al felón de Ollanta Humala a palacio de gobierno. Explicar como vendieron al pueblo peruano, a un topo infiltrándose en un movimiento popular en ascenso, harto de la clase política corrupta y antiperuana. Cotabambas voto mayoritariamente por él, ya vemos como devuelve el favor.

Varios años pase haciendo evaluaciones y tratando de aportar humildemente (junto a mucha gente), soluciones a los problemas existentes, en ese desencuentro histórico que se plasma en este proyecto de gran minería, y cuyo proceso ha sido largo y tortuoso, hasta llegar a este desenlace fatal y de ocupación militar, como si fuera una guerra con ocupación de un ejército extranjero, donde los peruanos cotabambinos son el enemigo. Esto es el colmo.
Además del reto profesional de buscar espacios de interlocución y, de orientar de la mejor manera los fondos, para que sirvan para el desarrollo integral del campesinado tan pobre, con tantas carencias (pero eso si con mucha dignidad), además de ello, encontré una gente maravillosa, luchadora, sobreviviendo en condiciones extremísimas (Challhuahuacho está sobre los 3800 msnm, sus comunidades pasan de los 4000 msnm), con una maestría en el hilado y diseños que difícilmente pueden encontrarse en otras zonas del sur andino, con guardianes de los cultivos autóctonos, verdaderos bancos de germoplasma para el mundo entero, comunidades campesinas sembrando asociadas 300 variedades de papas nativas en 4 – 5 Ha de terreno.
Por esta zona también me contaron la historia de la super chola, una mujer mayor de 50 años, que cuando estaba cortando leña menuda en el campo, fue atacada por un puma, entablándose una feroz lucha por la supervivencia, logrando darle repetidamente con el hacha en la panza del animal que debilitado y destripado moría unos pasos más allá, mientras que esta valerosa mujer sobrevivió a duras penas llena de heridas. Ese el espíritu de las provincias altas, de este pueblo maravilloso ahora masacrado por la ambición de unos cobardes, debemos solidarizarnos y hacer sentir nuestra protesta para apoyar a estas super cholas y super cholos que en estos momentos continúan  luchando por sus derechos.
En las últimas horas de la tarde comienzan a llegar heridos. Algunos mueren calladamente. Otros dicen a sus familiares que se vayan, que los dejen solos, y cuentan que los indios caen abatidos, como los cóndores, sobre los picachos. Vetas, manchas, coágulos de sangre signan las calles del caserío. ¿Pero adónde van a irse las familias? Todas las rutas se hallan ensangrentadas …… -Váyanse, váyanse -alcanza a decir el hombre, rendido, ronco, frenético, demandando la vida de su mujer y su hijo. -¿Adónde iremos? ¿Adónde? -implora Marguicha mirando con los ojos locos al marido, al hijo, al mundo, a su soledad. Ella no lo sabe, y Benito ha muerto ya. Más cerca, cada vez más cerca, el estampido de los máuseres continúa sonando. (El Mundo es Ancho y Ajeno. Ciro Alegría).

CONTUMAY, Octubre del 2015.

Diciembre

Diciembre Un par de amigas metidas en organizaciones de derechos humanos me avisaron - hay tres compañeros de la Universidad del C...