Como en toda experiencia mística, sobrenatural o espiritual,
siempre hay gente con cierto talento para aprovecharse del dolor o la búsqueda
desesperada de las personas. Es bueno ser prevenido al andar por estos caminos.
Hay quienes acuden al ayahuasca como una experiencia más
de diversión o pasatiempo extraño, novedoso, y lo hacen con el primero que les
ofrece el brebaje o algo que se le parezca. Hace años fue famoso el caso de un tipo
que se hacía llamar mentalista, quien fue convocado por un grupo de señoras de
la alta sociedad limeña que, cada viernes se reunían en veladas culturales,
esotéricas, de ufología, talleres de hoponohopo o de meditación por la paz en
el mundo, y cosas por el estilo. En una de esas, fue el supuesto chaman para
introducirlas en el mundo mágico del ayahuasca.
A poco de haber tomado la planta, las señoras entraron
en pánico y pedían ayuda al conductor de la ceremonia, pero este estaba más
aterrorizado que ellas, ocupado en llorar y pedir perdón a gritos, mientras se
revolcaba por la alfombra de la sala. Las señoras, las viejas pitucas, salieron
corriendo al jardín exterior, donde, colgadas como monos maquisapa de la verja
de hierro, pidieron auxilio a gritos, alguien llamo a la policía y, finamente
las llevaron a emergencia de alguna clínica para el lavado de estomago
correspondiente.
Mucho cuidado con la mano de donde viene la medicina,
que pueden terminar dándole veneno. Se de delincuentes que dopan a mujeres
solas que van en busca de ayuda y las violan al estilo Max Álvarez, también de
estafadores que te dan una botella de un brebaje marrón oscuro que ocasionan
alucinaciones, pero por la violenta diarrea que te provoca después. Por los
alrededores de Sacsayhuaman en el Cusco por ejemplo, hay vendedores de
“brebajes místicos que te conectaran con la pachamama”, y andan a la causa de
incautos especialmente de los que gustan de andar mezclando cosas, incas con ayurveda,
reiki con baraja española, o temazcal
con lecturas de Paulo Coelho.
Es verdad que todas las religiones se encuentran, o ese
es su camino natural fuera de la política que las ensucia, pero cada cosa en su
sitio. Con respeto, con seriedad y siguiendo cada rito como lo estipulan los
que saben, es la manera segura, no andar reinventando las cosas, que el ego excesivo
es una enfermedad también, y grave.
Se trabaja con el sistema energético, con el
sentimiento, con el cerebro y la mente. Esta claro entonces que son temas
delicados, muchas veces pueden quedar secuelas si no hay un tratamiento
adecuado (incluyendo la dieta posterior a cada toma), y también, respetando el
conocimiento y la tarea que una toma medicinal impone para la vida cotidiana. Quien
entra solo para ver como es, debe saber que el conocimiento que recibirá,
estará a la altura de cuanto está dispuesto a cambiar o accionar en su
cotidianidad.
El ayahuasca es una medicina muy potente. Su manejo debe
hacerlo un medico reconocido, con experiencia, con garantía. La mejor manera de
saber con quién hacerlo, es mediante referencias personales lo mas exhaustivas
posibles. Y nada de pretender tomarlo solo, es decir sin médico / guía, muchos
casos de locura están registrados en la tradición oral peruana como para
cometer semejante insensatez, se corre el riesgo de no regresar jamás del
viaje.
Hay muchos loquitos, que toman ayahuasca tres o diez o
veinte veces y ya se alucinan maestros, que pueden andar repartiendo medicina
por el mundo, cuando ni siquiera ellos están preparados para enfrentar lo que
se aparezca en cada toma, menos para hacerse cargo de los procesos internos de
otras personas.
Cada toma, cada viaje es diferente, una aventura
diferente, es preciso saberlo. Manejar la planta requiere preparación, y la
autorización de un médico tradicional.
Sin embargo, y creo que cada vez más, se ve de todo,
gente que se pone a cantar en las ceremonias más alto que los maestros, los que
en plena ceremonia sacan instrumentos musicales y piensan que están en un
concierto en el parque. O peor, gente que se mete alguna droga previamente para
alucinar mas, como le paso a un queridísimo amigo mío, que como demoraba en
hacer efecto, no tuvo mejor idea que meterse un trip mientras tanto. Casi no
regresa del viaje, demoraron un par de días en traerlo de vuelta a este mundo,
y tuvo mucha suerte, otra gente no la ha podido contar.
También he escuchado de barbaridades de combinar
ayahuasca con achuma o san pedro (Trichocereus
peruvianus) por ejemplo. Ante esto, es importante y necesario considerar
que las plantas tienen espíritu y que cada una trabaja de una determinada
manera, la mezcla en este caso no es buena, entorpece, ensucia el trabajo de
cada una de ellas. El ayahuasca es ciencia, no superchería ni moda new age. Teniendo
claridad y humildad al momento de acudir a la ayuda, de la unidad que conforman
planta/medico tradicional, la experiencia, el viaje, la aventura, va a ser
siempre provechosa, a lo mejor hasta le cambia la vida. A los amigos de antaño,
que fumaban marihuana antes de emprender el viaje con ayahuasca, la planta les
daba el peor castigo, no pasaba nada, y eso es lo que generalmente obtienen los
que con soberbia y, a veces, estupidez van a perder su tiempo, la visión se
cierra por completo y la noche pasa a ser de las más aburridas de su vida.
Sí yo también he visto eso de "gente que se pone a cantar en las ceremonias más alto que los maestros, los que en plena ceremonia sacan instrumentos musicales y piensan que están en un concierto en el parque..." Mejor explicado no puede estar. En una ceremonia así, lo más claro de las "visiones" es la facilidad con que sale a la luz sus complejos con un comportamiento como ese.
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