El Inobservado - por Vittorio Testi


El inobservado es aquel que se mezcla cada día a la multitud sin que ella  se de cuenta de su presencia.

 Casi siempre habitante de grandes ciudades o capitales, en los pequeños centros seria individuado rápidamente, conduce una existencia aparentemente semejante a aquella de todo el resto del mundo.

Trabaja, lleva los hijos a escuela, paga sus cuentas, si puede, va al restaurante o al cine. Maneja, se va de compras, al teatro o a la cancha.

Junto a estas actividades consideradas normales, el inobservado, haciendo fuerza precisamente de ésta condición, se toma la libertad de hacer también otras cosas. Protagonista de encuentros clandestinos, de color sentimental-físico, de reuniones ocultas de carácter laboral o de negocio inútilmente finalizadas a mejorar su propia condición económica o de carrera, reuniones lúdicas con amigos delante un tinto o compartiendo alguna pitada de los cigarrillos que hace sonreír.

Pasa rápidamente éstas medias horas como si fuesen micro-vacaciones, sin tomar un avión o un tren, luego, el inobservado vuelve a su rutina sin dejar filtrar nada al mundo que lo redondea. Todo fluye en el océano metropolitano sin que el lícito o el ilícito suban a la superficie como si fuese un organismo unicelular depositado sobre el fondo.

El inobservado permanece tal normalmente hasta que alguno de sus pequeños crímenes no viene descubierto y entonces, en aquel caso, puede volverse un inesperado protagonista de algún clamoroso hecho de crónica que remueve el aceitoso mar ciudadano.

Si queda discreto y atento, él, seguirá para toda la vida a esconder sus pecados confundiéndose con el cotidiano acontecer.

Preferiblemente hombre, cuando es mujer puede cruzar la frontera de la neurosis, y en los casos peores, de la paranoia, en su configuración masculina une la capacidad de mentir a aquella de superponer mas actividades simultáneamente para confundir una con otra.

El origen del inobservado no resulta bien definible, no é fácil de identificar, pero si uno quisiera definir su retrato, podría ser el siguiente: macho, edad entre los 35 y los 45 años, estudios universitarios, profundo conocedor de los efectos de alcohol y substancias ilegales, con gran capacidad de mimetismo.
El inobservado logra estar en una dimensión sin tiempo, propio justo en el medio de su desarrollo más frenético y telúrico: el aglomerado urbano.

No deja huellas, no deja olor, sale de los esquemas para luego regresar velozmente, un instante antes de que lo agarren.

El inobservado con sus secretos horribles, inocentes, inconfesables y quizás similares o los nuestros……


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