Silenciosa lucidez - por Vittorio Testi

Golpes de luz multicolor, relámpagos, los acordes de los instrumentos, la batería que empieza a dar el ritmo, sábado 17 de mayo 2008 – Buenos Aires, los Queensrÿche arrancan su espectáculo.

Son muchísimos años que no voy a un concierto heavy, de verdad muchísimo tiempo ha pasado, y si alguien me hubiese dicho que volvería a pasar en Argentina, seguramente no se lo hubiera creído.

Al revés, ni en los Estados Unidos o en Europa y ni siquiera en el lugar donde nací, Trieste, la linda dama de la cual alejarse y tomar en pequeñas terapéuticas dosis porqué sino te mata como el mas potente de los venenos.

En Buenos Aires, en un espacio físico propiedad de las empresas del local sector sanitario, que ahora tiene el nombre de una gaseosa, los auspiciadores, o sea la plata son importantes, toca esta banda norteamericana de Seattle, con 27 años de trayectoria. Estoy con un nuevo amigo, y quizás, porqué me conoce desde muy poco tiempo tuvo la piedad de acompañar a este evento a un maduro – metalero, felizmente casado y padre. El espectáculo es fantástico y también el joven que se sumó a esta aventura de dos horas, se queda entusiasmado.

Yo, por mi parte, regreso a una época de por lo menos 15 años atrás, puta madre! , un periodo de mi existencia que parece muy lejano, en mi ciudad con los amigos de siempre.

Pero la vida, por suerte, es un continuo acontecer y, mientras el canoso cantante, no envejezco solamente yo! demuestra de haber mantenido su voz intacta a pesar de los años, empiezo a reflexionar. Si antes de cada cosa que hacemos, o tratamos de hacer, o de cada decisión que programamos haríamos una pausa parándonos y actuando después? Un momento, un segundo, un nada de atraso en la acción que por definición física causará una reacción igual y contraria. Este es el punto, parafraseando una inolvidable banda metal en una libre, limpia y maravillosa noche latinoamericana, intuyo que no es el “shining” o brillo, no es una iluminación divina, non es un flash lisérgico, es simplemente SILENCIOSA LUCIDEZ. 

Aquella lucidez silenciosa que nos permitiría tener una infinitesimal fracción de tiempo mas para pensar. Lamentablemente, la silenciosa lucidez es un mineral difícil de encontrar, un animal casi extinguido, un planeta remoto al cual nuestras pobres almas no pueden llegar.

Nosotros, los humanos, somos dominados por el impulso, por el deseo de reaccionar, por la desesperada necesidad de una respuesta inmediata, en esta vida de hoy disciplinada por la velocidad.

La capacidad de congelar por un instante el inexorable correr de los eventos y mirarlo con un grano mas de claridad, este seria realmente un momento de SILENCIOSA LUCIDEZ.

Algún día, lograremos aterrizar en este planeta inalcanzable y así poder intentar vivir diversamente.


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