Decía el poeta y novelista Manuel Scorza que en el mundo hay cuatro estaciones; en
los Andes cinco: primavera, verano, otoño, invierno y masacre. Mal empezamos este mes de Octubre, con nuestro
sur andino ensangrentado, policías y militares usados para causar aflicción al
poblador andino, al negado de toda la vida, al que cada vez que se atreve a
protestar en su territorio ancestral por derecho propio, se le balea, su vida
considerada como la de un animal al matadero, un ciudadano de cuarta categoría.
El Perú no aprendió nada de la guerra interna, es lamentable que las semillas
de odio, nuevamente se riegan en nuestro país, luego no habrá nada que hacer,
solo lamentar los años perdidos, las oportunidades perdidas para construir
país, ciudadanía, justicia social.
La brutalidad de Humala, el servidor no deseado de los ricos, pretende
encubrir un gobierno que hace agua por todo lado, sin visión de país, sin
capacidad de diálogo, sin huevos para poner las cosas claras y en orden, aprobando
leyes que, afectan directamente la protección ambiental y a las comunidades más
vulnerables del país, para favorecer a la gran empresa en desmedro de los
ciudadanos, los que deberían ser los dueños de este país, usurpado, saqueado,
violentado mil veces, como una pesadilla interminable.
Las Bambas, en algún momento fue el ejemplo mediático (y algo más que
eso), de una minería socialmente responsable, con esfuerzos por entender el
medio socio cultural donde irrumpía, con comunidades quechua hablantes, existencia
de prácticas pre capitalistas como el trueque y una cultura potente y antiquísima,
inmensamente diferente a la cosmovisión occidental y el capitalismo.
Aún recuerdo la foto de Alejandro Toledo mostrando la gigantografía del
cheque por 50 millones de dólares el año 2004, correspondientes al fondo social
creado por el proyecto para atender las necesidades de las poblaciones del ámbito
de influencia del mismo. Para el año 2007, tres años después, el Fideicomiso
Las Bambas, había ejecutado apenas el 15 % del total, habiendo sido invertido
el dinero en gastos corrientes, estudios y expedientes técnicos y, algunos
fallidos proyectos productivos a pequeña escala (establos lecheros y
piscigranjas) que pasaron a engrosar la arqueología del desarrollo peruana.
Agitadores oportunistas los hubo desde el primer momento, luego también minería
informal concentrada en la comunidad de Ñahuinlla tema en sí bastante delicado,
cuya solución se podría haber intentado, cortando la cadena de comercialización
y financiamiento, por parte de las industrias mineras piratas que operan en la
ciudad de Nazca, a vista y paciencia de todo el mundo. Pero claro, es más fácil
azuzar el odio con la prensa vendida y matar unos cuantos cholos, total es lo
que tradicionalmente siempre se ha hecho.
Pero los principales conflictos, no han sido por azuzamiento de nadie,
ni ejecutado por mercenarios, sino han sido masivas protestas, apoyadas por las
comunidades de los distritos de las provincias de Cotabambas y de Grau. El Perú
profundo que es profundamente desconocido para la población urbana del país. Zonas
con estructuras comunales muy fuertes y férrea organización campesina. Se han
manifestado cada vez que la empresa minera ha querido aplicar la letra chica de
los convenios, o ha intentado pasar por alto los compromisos adquiridos, como
en este caso, construir tres plantas procesadoras de mineral en vez de una, por
ejemplo, que es lo que figura en el EIA aprobado por el estado y que contaba
con licencia social. Con la venta de las acciones a la empresa china y las
nuevas leyes, todo empeoro, y hemos llegado a esta lamentable situación.
Hasta ahora está pendiente una explicación y autocritica real de la
izquierda orgánica peruana, que llevo al felón de Ollanta Humala a palacio de
gobierno. Explicar como vendieron al pueblo peruano, a un topo infiltrándose en
un movimiento popular en ascenso, harto de la clase política corrupta y
antiperuana. Cotabambas voto mayoritariamente por él, ya vemos como devuelve el
favor.
Varios años pase haciendo evaluaciones y tratando de aportar
humildemente (junto a mucha gente), soluciones a los problemas existentes, en
ese desencuentro histórico que se plasma en este proyecto de gran minería, y
cuyo proceso ha sido largo y tortuoso, hasta llegar a este desenlace fatal y de
ocupación militar, como si fuera una guerra con ocupación de un ejército
extranjero, donde los peruanos cotabambinos son el enemigo. Esto es el colmo.
Además del reto profesional de buscar espacios de interlocución y, de
orientar de la mejor manera los fondos, para que sirvan para el desarrollo integral
del campesinado tan pobre, con tantas carencias (pero eso si con mucha
dignidad), además de ello, encontré una gente maravillosa, luchadora,
sobreviviendo en condiciones extremísimas (Challhuahuacho está sobre los 3800
msnm, sus comunidades pasan de los 4000 msnm), con una maestría en el hilado y
diseños que difícilmente pueden encontrarse en otras zonas del sur andino, con
guardianes de los cultivos autóctonos, verdaderos bancos de germoplasma para el
mundo entero, comunidades campesinas sembrando asociadas 300 variedades de
papas nativas en 4 – 5 Ha de terreno.
Por esta zona también me contaron la historia de la super chola, una
mujer mayor de 50 años, que cuando estaba cortando leña menuda en el campo, fue
atacada por un puma, entablándose una feroz lucha por la supervivencia,
logrando darle repetidamente con el hacha en la panza del animal que debilitado
y destripado moría unos pasos más allá, mientras que esta valerosa mujer sobrevivió
a duras penas llena de heridas. Ese el espíritu de las provincias altas, de
este pueblo maravilloso ahora masacrado por la ambición de unos cobardes,
debemos solidarizarnos y hacer sentir nuestra protesta para apoyar a estas
super cholas y super cholos que en estos momentos continúan luchando por sus derechos.
En las últimas horas de la tarde comienzan a llegar heridos. Algunos
mueren calladamente. Otros dicen a sus familiares que se vayan, que los dejen
solos, y cuentan que los indios caen abatidos, como los cóndores, sobre los
picachos. Vetas, manchas, coágulos de sangre signan las calles del caserío.
¿Pero adónde van a irse las familias? Todas las rutas se hallan ensangrentadas ……
-Váyanse, váyanse -alcanza a decir el hombre, rendido, ronco, frenético,
demandando la vida de su mujer y su hijo. -¿Adónde iremos? ¿Adónde? -implora
Marguicha mirando con los ojos locos al marido, al hijo, al mundo, a su
soledad. Ella no lo sabe, y Benito ha muerto ya. Más cerca, cada vez más cerca,
el estampido de los máuseres continúa sonando. (El Mundo es Ancho y Ajeno.
Ciro Alegría).
CONTUMAY,
Octubre del 2015.
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