Editumay - Diciembre 2015

En la edad de la inocencia, durante los maravillosos y/o horrendos ochentas, hice un amigo en la academia Agronomía (en el local de la Av. España, al costado de la Casa Matusita), llamado Pepe Gomez Sanchez, alias El Sanguche, vecino de Lince y, bajista del grupo Las Medias Sucias, cultor del rock subte.

Según me contó, en una de nuestras largas conversas caminando por Arenales y, por las calles aledañas al parque Ramón Castilla, su grupo estaba en una tendencia que tenía como indicador de éxito, el número decreciente de seguidores. Que mientras menos gente los escuchara (ellos seguían tocando y armando temas por supuesto), se acercaban a su razón de ser, al colmo de la honestidad, a la no identificación ni dependencia con ni mierda, menos con ningún huevón, ni fan, ni ninguna huachafada.

Casi un himno gurdgieeffjano, si cabe el termino.

Al comienzo me pareció una extravagancia más entre las muchas, con que se llenaba la vida ochentera, pero conforme fui conociendo a este amigo tan singular (y a otros dementes e idiotas del apocalipsis), fue teniendo cada vez más sentido, de manera continua. Creo que como una de las lecciones de la vida que, sigue diciendo cosas nuevas, varias décadas y como 50,000 caras después.

Sin quererlo o saberlo, el Tumay más o menos sigue esa tendencia. De acuerdo a las estadísticas del blog, cada vez colgamos más material, con su carga de trabajo y horas robadas al sueño, al trabajo y al ocio y, cada vez menos, la gente se acerca a este humilde impulso. Dicho de manera técnica, el interés ha ido de manera inversamente proporcional al esfuerzo, dicho en correcto castellano, esto es una bancarrota de interacción.

Sin embargo, seguimos haciéndolo. No se si el termino adecuado sea con entusiasmo, pero lo seguimos haciendo. Más bien, como una pulsión. Algo que no siendo irracional, no termina de explicarse por la razón, un impulso visceral, unas ganas de comunicar y su negación al mismo tiempo, a lo mejor, unas inmensas ganas de huevear, siendo este el titulo de un poemario que nunca publicare (ni escribiré) pero que vive, más que mi propia vida, en mi corazón.

A lo mejor el sentido de este impulso, es una lección de honestidad y humildad, que el ego, el gran bocón, no termina de entender, y en esa contradicción o gracias a ella, seguimos andando, escribiendo, tomando fotos, cantando, caminando, afirmándonos sin terminar de aterrizar en este mundo y, eso que llevamos ya buenos años intentando encajar.

La vida es finalmente quien tiene la última palabra. Quien decide quien se queda y quien se va, quien viaja y quien se arraiga, quien triunfa y quien fracasa, quien nace con estrella y quien nace estrellado, quien aprende y crece y, quien muere en la ignorancia emocional.

Los proyectos, arena entre los dedos muchas veces, solo serán intentos, vanas ilusiones, puesto que sabemos que las fuerzas que gobiernan nuestras vidas, las verdaderas fuerzas, solo las entiende el alma y, para eso, salvo la iluminación, no hay nada que sustituya a los años ni a la poesía. (Por eso mismo, siempre me gusto el punk, por esa ternura insólita que asomaba detrás o a la sombra de tanta rabia y adolescencia y testículos llenos de leche, por esa contradicción que es la vida).

Mientras tanto seguimos en esta nave, con Santiago y como tantos amigos y ex amigos que suben o navegaron un rato en este artefacto, en esta hermosa nave por esta insólita vida que no deja de sorprenderme, de sorprendernos. 

Sobre todo en esta época tan extraña, en que un atardecer, por un instante, pasa a ser, todos los atardeceres de mi vida, y de otras vidas que, acuden a velocidades siderales a transitar por ese instante multidimensional. Cuando los paseos junto al mar, intempestivamente se convierten en un deja vú, de visiones o sueños o geometrías o ensoñaciones ya vividas muchos años atrás.


Para eso o por eso o a pesar de eso está el Tumay. Acá seguimos.

EDITUMAY - Noviembre 2015 (por Santiago W).


A estas alturas de mi vida ya debería tener una familia, tener un trabajo digno y una cuenta de jubilación bien gorda. Pero, no. Resulta que estoy sentado, con mi gato en las piernas, escribiendo esto que no sé si lo vayan a leer porque todos andan en Facebook mostrando sus mejores caras y fingiendo que son felices. Yo cerré mi cuenta porque dejé de leer libros y envidiaba la felicidad ajena. 


Qué bueno que Esteban siga siendo un idealista y re-abriera el TUMAY en versión digital y desde Palma de Mallorca donde seguro ya se olvidó de su pobre Chorrillos y del rico Pay. Yo disfruto Chicago pero 14 años indocumentado me han llevado a idealizar Lima y extrañarla profundamente. Me dicen que ya no es la misma. Que la modernidad y la alienación la han vuelto insoportable para los poetas, soñadores y locos. A veces pienso en volver pero no me siento lo suficientemente fuerte y podría volver a caer en ese agujero oscuro en el que vivía. Irónicamente el país del Tío Sam me está curando espiritualmente y tengo una vida con más bastante serenidad.

Ya no sé que más escribir solamente agradecer nuevamente a Esteban por esta locura maravillosa y que los cuatro gatos que nos lean disfruten tanto como los que escribimos en este pañuelo comunal de lágrimas del TUMAY. Viva el Perú...trabajo.

EDITUMAY - Octubre 2015 - Paren la matanza de nuestros hermanos cotabambinos





Decía el poeta y novelista Manuel Scorza que en el mundo hay cuatro estaciones; en los Andes cinco: primavera, verano, otoño, invierno y masacre. Mal empezamos este mes de Octubre, con nuestro sur andino ensangrentado, policías y militares usados para causar aflicción al poblador andino, al negado de toda la vida, al que cada vez que se atreve a protestar en su territorio ancestral por derecho propio, se le balea, su vida considerada como la de un animal al matadero, un ciudadano de cuarta categoría. El Perú no aprendió nada de la guerra interna, es lamentable que las semillas de odio, nuevamente se riegan en nuestro país, luego no habrá nada que hacer, solo lamentar los años perdidos, las oportunidades perdidas para construir país, ciudadanía, justicia social.
La brutalidad de Humala, el servidor no deseado de los ricos, pretende encubrir un gobierno que hace agua por todo lado, sin visión de país, sin capacidad de diálogo, sin huevos para poner las cosas claras y en orden, aprobando leyes que, afectan directamente la protección ambiental y a las comunidades más vulnerables del país, para favorecer a la gran empresa en desmedro de los ciudadanos, los que deberían ser los dueños de este país, usurpado, saqueado, violentado mil veces, como una pesadilla interminable.
Las Bambas, en algún momento fue el ejemplo mediático (y algo más que eso), de una minería socialmente responsable, con esfuerzos por entender el medio socio cultural donde irrumpía, con comunidades quechua hablantes, existencia de prácticas pre capitalistas como el trueque y una cultura potente y antiquísima, inmensamente diferente a la cosmovisión occidental y el capitalismo.

Aún recuerdo la foto de Alejandro Toledo mostrando la gigantografía del cheque por 50 millones de dólares el año 2004, correspondientes al fondo social creado por el proyecto para atender las necesidades de las poblaciones del ámbito de influencia del mismo. Para el año 2007, tres años después, el Fideicomiso Las Bambas, había ejecutado apenas el 15 % del total, habiendo sido invertido el dinero en gastos corrientes, estudios y expedientes técnicos y, algunos fallidos proyectos productivos a pequeña escala (establos lecheros y piscigranjas) que pasaron a engrosar la arqueología del desarrollo peruana.

Ese fue el detonante para el primer gran levantamiento en Challhuahuacho, con toma del campamento incluido y negociación de alto nivel encabezada por el curtido negociador Víctor Caballero (alias caballero nomas). Se logró una solución, cambiando la figura legal y operativa del fideicomiso, que paso a ser Fondo Social Las Bambas – FOSBAM, en cuya dirección se integro a los representantes de la sociedad civil local, dándose impulso a un mega proyecto de electrificación rural y a impulsar proyectos productivos. Se dio énfasis también en esa fase, a mejorar los mecanismos de comunicación, información y rendición de cuentas con la población, la cual hasta antes de aquella protesta se había tratado de chusma ignorante sin derecho a ser informada siquiera. Eran épocas de Xstrata que mal que bien, hacía el esfuerzo por tener buenas relaciones con las comunidades campesinas, tema altamente complicado por las características de la zona y por los intríngulis internos de la empresa minera.
Agitadores oportunistas los hubo desde el primer momento, luego también minería informal concentrada en la comunidad de Ñahuinlla tema en sí bastante delicado, cuya solución se podría haber intentado, cortando la cadena de comercialización y financiamiento, por parte de las industrias mineras piratas que operan en la ciudad de Nazca, a vista y paciencia de todo el mundo. Pero claro, es más fácil azuzar el odio con la prensa vendida y matar unos cuantos cholos, total es lo que tradicionalmente siempre se ha hecho.

Pero los principales conflictos, no han sido por azuzamiento de nadie, ni ejecutado por mercenarios, sino han sido masivas protestas, apoyadas por las comunidades de los distritos de las provincias de Cotabambas y de Grau. El Perú profundo que es profundamente desconocido para la población urbana del país. Zonas con estructuras comunales muy fuertes y férrea organización campesina. Se han manifestado cada vez que la empresa minera ha querido aplicar la letra chica de los convenios, o ha intentado pasar por alto los compromisos adquiridos, como en este caso, construir tres plantas procesadoras de mineral en vez de una, por ejemplo, que es lo que figura en el EIA aprobado por el estado y que contaba con licencia social. Con la venta de las acciones a la empresa china y las nuevas leyes, todo empeoro, y hemos llegado a esta lamentable situación.
Hasta ahora está pendiente una explicación y autocritica real de la izquierda orgánica peruana, que llevo al felón de Ollanta Humala a palacio de gobierno. Explicar como vendieron al pueblo peruano, a un topo infiltrándose en un movimiento popular en ascenso, harto de la clase política corrupta y antiperuana. Cotabambas voto mayoritariamente por él, ya vemos como devuelve el favor.

Varios años pase haciendo evaluaciones y tratando de aportar humildemente (junto a mucha gente), soluciones a los problemas existentes, en ese desencuentro histórico que se plasma en este proyecto de gran minería, y cuyo proceso ha sido largo y tortuoso, hasta llegar a este desenlace fatal y de ocupación militar, como si fuera una guerra con ocupación de un ejército extranjero, donde los peruanos cotabambinos son el enemigo. Esto es el colmo.
Además del reto profesional de buscar espacios de interlocución y, de orientar de la mejor manera los fondos, para que sirvan para el desarrollo integral del campesinado tan pobre, con tantas carencias (pero eso si con mucha dignidad), además de ello, encontré una gente maravillosa, luchadora, sobreviviendo en condiciones extremísimas (Challhuahuacho está sobre los 3800 msnm, sus comunidades pasan de los 4000 msnm), con una maestría en el hilado y diseños que difícilmente pueden encontrarse en otras zonas del sur andino, con guardianes de los cultivos autóctonos, verdaderos bancos de germoplasma para el mundo entero, comunidades campesinas sembrando asociadas 300 variedades de papas nativas en 4 – 5 Ha de terreno.
Por esta zona también me contaron la historia de la super chola, una mujer mayor de 50 años, que cuando estaba cortando leña menuda en el campo, fue atacada por un puma, entablándose una feroz lucha por la supervivencia, logrando darle repetidamente con el hacha en la panza del animal que debilitado y destripado moría unos pasos más allá, mientras que esta valerosa mujer sobrevivió a duras penas llena de heridas. Ese el espíritu de las provincias altas, de este pueblo maravilloso ahora masacrado por la ambición de unos cobardes, debemos solidarizarnos y hacer sentir nuestra protesta para apoyar a estas super cholas y super cholos que en estos momentos continúan  luchando por sus derechos.
En las últimas horas de la tarde comienzan a llegar heridos. Algunos mueren calladamente. Otros dicen a sus familiares que se vayan, que los dejen solos, y cuentan que los indios caen abatidos, como los cóndores, sobre los picachos. Vetas, manchas, coágulos de sangre signan las calles del caserío. ¿Pero adónde van a irse las familias? Todas las rutas se hallan ensangrentadas …… -Váyanse, váyanse -alcanza a decir el hombre, rendido, ronco, frenético, demandando la vida de su mujer y su hijo. -¿Adónde iremos? ¿Adónde? -implora Marguicha mirando con los ojos locos al marido, al hijo, al mundo, a su soledad. Ella no lo sabe, y Benito ha muerto ya. Más cerca, cada vez más cerca, el estampido de los máuseres continúa sonando. (El Mundo es Ancho y Ajeno. Ciro Alegría).

CONTUMAY, Octubre del 2015.

EDITUMAY

Antes de sacar el último número, había abandonado el Tumay en la huelga de trabajadores de la universidad del año 93 o 94, ya había perdido el interés hasta por esto. Además, los otros coeditores/responsables (Santiago, Erik, el Abuelo Subauste) habían terminado la universidad y andaban integrándose al mundo real, o los habían expectorado por bajo rendimiento académico. El hecho fue que el Tumay había caído en mi olvido.

El nuevo ciclo demoro en empezar, y cuando los trabajadores regresaron a sus labores, encontraron colgado el raro artefacto (genial diseño del abuelo Subauste) de caña brava, cable de cobre, cartón duro, plástico y papel periódico. Lo bajaron del árbol y lo apilaron fuera del campus, en la avenida Universidad cerca del ovalo Las Hormigas, junto con un montón de ramas secas para hacer una pira y quemarlo. A lo mejor ese debió ser su final heroico, como los grandes pensadores en épocas de la inquisición, pero por culpa de Charo Galvez que vivía cerquita y de Erik, fue rescatado de la pira funeraria donde moriría como un hombre prehistórico, primo del Gran Jefe Un Lado del Cielo. No es justo que el Tumay tenga un final así dijo Erik, y me convenció a seguir editándolo, haciéndolo, colgándolo y descolgándolo del árbol y de la pared de los pabellones nuevos.




De ello han pasado así, casi como jugando, más de 20 años. Mucha agua corrió bajo el puente. Para todos. Con sus angustias y sobresaltos y lejanos viajes, no estábamos hechos para una vida aburrida. Tampoco para el éxito. Por mi parte cambie mucho en algunas cosas y en otras parece que no cambie nada, esto se gráfico hace un año más o menos, cuando me encontré de casualidad con el otro Eric (también colaborador del Tumay) en el aeropuerto de Barajas, en la sala de embarque para Lima, como a las once de la noche. Me propuso tomar un café, bacán le dije si tú invitas porque regreso misiocomo siempre, me respondió, no has cambiado nada. Y es verdad, eso no cambio, aunque queda como consuelo que siempre pudo ser peor.

Ya no busco casi nada (plata sí, siempre, porque siempre me falta). Si algo cambio medularmente, es que antes buscaba desesperadamente, no sabía que (aún no lo sé). Ahora me dedico a esperar. Lo que tenga que llegar para mí, llegará, en su justo momento. Así como llego el final de mi periplo universitario, de repente, sin aspavientos, sin graduaciones absurdas, ni togas de color caca de loro. Así llegan las cosas importantes, después del deseo, cuando les dejamos sitio para entrar.

El mundo tampoco cambio, ya no pienso sin embargo que es una mentira erguida sobre un montón de mierda. A veces pienso que la cosa es más siniestra, y que la especie humana, ay de ella, es recurrentemente abominable. Otras pienso que vivimos en la edad del equilibrio peligroso, el dvapara yuga, "entre la perfección y la imperfección, entre la oscuridad y la luz", y que todo es solo un micro millonésimo fragmento de una gran ilusión en esta etapa de 864,000 años. En esos raros momentos de sosiego, todo deja de tener sentido y preocupación y pensamiento y emoción. En esa dualidad se mueve también el Tumay, insulto o broma juvenil de otros tiempos, reciclándose como nosotros, polvoriento después de un gran viaje, regresando.


Contumay, septiembre del 2015.

Diciembre

Diciembre Un par de amigas metidas en organizaciones de derechos humanos me avisaron - hay tres compañeros de la Universidad del C...